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Reportaje en revista Ya sobre el Body Positive en Chile

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Este martes 18 de septiembre salió un reportaje del Body Positive en Chile. Me hicieron una entrevista, y de lo mismo hicieron una breve reseña de este blog, lo cual me alegra bastante ya que ayuda a la difusión del tema. Adjunto link para que lo leas completo.

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Debo decir que no estoy deacuerdo con las declaraciones de Karolina Lama que dice que el límite para hablar de autoimagen es la obesidad. No hay límite! Una persona mórbida u obesa puede y debe ser feliz con su cuerpo y no estar  juzgada constantemente por su "salud". Una persona con un IMC superior a 24 tiene el derecho aser tratada con respeto, a ser feliz y a sentirse bien con su  cuerpo, independiente si esté efectivamente enferma (de tabaquismo, alguna adicción, diabetes, reumatismo, cáncer, etc)

 

Hay mucho por avanzar con respecto al tema, pero almenos algo es algo. Me imagino lo que costará desarraigar la gordofobia en estos parajes...

 

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“No se puede pensar sin el cuerpo”

 

Entrevista a Lucrecia Massonactivista transfeminista, sudaka y gorda en descolonización.

 

"¿Gorda en descolonización?

 

Cuando yo digo “sudaka y gorda en descolonización” es porque quiero poner un acento en la idea de la descolonización del cuerpo. Una descolonización que tiene que ver con un lugar de procedencia y con un proceso migratorio y demás, de ahí lo de sudaka, pero también pensar en que la descolonización es algo bastante más amplio, que abarca la vida entera. Entonces, creo que el cuerpo también es un espacio a descolonizar. A su vez, entiendo esto como un proceso y no como una finalidad o un algo a lo que se va a llegar en algún momento. Es algo que se va transitando, el replantearse algunas cuestiones sobre el propio cuerpo y sobre el cuerpo más colectivo. Creo que es una tarea que nos convoca.

 

¿Cuáles son algunas de esas cuestiones?

 

La otra vez escuchaba una entrevista a la socióloga guatemalteca Emma Chirix, ella es maya-kaqchikel, y uno de sus temas es la descolonización del cuerpo. Decía que es importante entrarle a los binomios, pero se refería a otros binomios, no al binomio hombre-mujer, que es el primero que se piensa desde el feminismo en cuanto se oye hablar de binomios. Y ése es un pensamiento muy occidental: es en la modernidad, en el siglo XV, cuando el cuerpo pasa a leerse en dos géneros, y hay hombres y mujeres, y se trata de una verdad incuestionable. Chirix, en cambio, decía que para abordar la cuestión de la descolonización del cuerpo hay que entrarle a desandar estos otros binomios: superior-inferior, moderna-anticuada, civilizada-salvaje, guapa-fea…

 

Cuando digo gorda en descolonización, busco dar cuenta de un proceso y de toda una construcción que hay sobre el cuerpo, que se ha hecho desde esas lógicas binómicas que parten de una matriz de pensamiento que es blanca, moderna y occidental.

 

En una charla hablabas sobre la historia del índice de masa corporal, que muestra de manera clara el nexo entre el colonialismo y la norma corporal actual.

 

Investigando sobre temas relacionados con la gordura y buscando un poco en la historia de la obesidad como término médico, me encuentro con que todas las cosas que de alguna manera construyen ese cuerpo parten de una historia que es completamente europea.

Me encuentro, por ejemplo, con el índice de masa corporal, que fue creado por Adolphe Quetelet, el padre de la bioestadística, a quien el Gobierno francés le encarga la creación de un índice, que no será más que una operación aritmética, pero que servirá para dar con el peso mínimo que tiene que tener un trabajador o trabajadora para volver a la fábrica cada día, para producir y reproducir fuerza de trabajo.

 

En un punto, pensás: este índice producido en Europa, entre Francia y Bélgica, en el marco de la revolución industrial, con unos objetivos muy concretos de asegurar la producción y reproducción de la fuerza de trabajo… ¿cuánto puede tener que ver con otros modos de producción, modos ligados a la tierra de otra manera, otra alimentación…? ¿Cómo puede ser que el peso de un cuerpo de mitad del siglo diecinueve que acude a la fábrica, un cuerpo francés, se convierta en el cuerpo universal que luego va a medir el resto de cuerpos? Sabemos que universalizar es una de las operaciones más típicas del colonialismo, de hecho, es una de las operaciones en las que se basa, por lo tanto, que este índice sea de repente extendido, universalizado y aplicado como una receta incuestionable a cualquier cuerpo en el mundo, tiene, como mínimo, que generar sospechas.

 

 

Es importante empezar a ver cuánto del

proyecto colonial tenemos inscrito en el cuerpo,

y qué posibilidades hay de desaprenderlo.

 

El caso es que, además, ese índice se emplea

también para medir la salud.

La gordofobia es una expresión de odio y la

salud suele ser uno sus argumentos más fuertes.

De entrada, partimos de que el discurso médico

es un estamento incuestionable, partimos de

pensar que no conocemos nada sobre nuestro

cuerpo en términos de salud, y es el médico, 

quien investido con su bata blanca, va a poder

decirte qué es lo bueno y lo malo. Es una relación que podría equipararse a la que hay con el sacerdote en la edad media.

 

Pensamos mucho en ser autónomas, independientes etc.; ahora con la salud tenemos una relación completamente jerárquica, de un saber que desconocemos.

 

Siguiendo con este ejemplo del médico, de esa situación de poder extremadamente vertical que se da al entrar en una consulta, cuando una persona gorda llega ahí, el médico, nada más verte entrar, ya opina que tienes diabetes, hipertensión y que seguramente en unos años te vas a morir de un infarto. Que el médico sepa todo esto no más cruzar es algo que estaría más en la línea de lo adivinatorio, no? Entonces, ¿cuánto hay ahí de ciencia y cuánto de gordofobia? Estamos hablando de que este médico todavía no ha revisado nada ni sabe nada de vos, tan sólo te ha visto, y, como tiene una serie de prejuicios gordófobos, asocia un cuerpo gordo a determinadas patologías, porque entiende ese cuerpo en sí mismo como un error, como un cuerpo que está equivocado y que tiene que transitar hacia otro estado, que es el de estar delgado, en el cual por fin podrá ser feliz.

 

Otra de las cosas que subrayas es la importancia de cuestionar el dispositivo que construye cuerpos normales.

 

A nivel de pensar la gordofobia, me parece más potente mirar qué es lo que construye el cuerpo normal, para de ahí pensar qué cosas me hacen estar fuera de la norma. Por supuesto sin desconocer toda la violencia que genera la gordofobia y que también hay que contestar activamente, pero sí pienso que hay que hacer énfasis en que el cuerpo gordo no es un error, no es un problema en sí mismo Me parece importante partir de que somos un cuerpo posible. Porque, ¿qué es lo que hace a ese otro cuerpo normal? Viendo cómo se construye lo normal, cuestionando esa idea por lo tanto, de ese cuerpo que es el correcto ante otro que no, se contesta y desactiva la norma desde otro lugar, casi desde su construcción misma."

 

Extracto de artículo: ttp://www.pikaramagazine.com/2018/02/lucrecia-masson/

 

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Reportaje en diario La Tercera, revista Tendencias "La rebelión de los gordos" 22 de septiembre 2017 Link acá.

Pequeño extracto donde me entrevistaron para el reportaje

 

"Segregación y gordura

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Magdalena Greswell (35 años, profesora) dice que

experimentó mucho de esto. “Mi primera dieta fue

a los 16 años, después tuve una anorexia breve y

siempre he vivido haciendo dietas con bajadas y

subidas de peso”, cuenta. Recuerda el apodo de

“gorda cuatro ojos” que la persiguió cuando chica.

“Se hacen chistes (de los gordos), se ríen de ellos,

no son representados en los medios y tenemos

asumido que es algo negativo y feo”, opina la

mujer que hoy trabaja como editora.

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Por eso el año pasado empezó a seguir a la

británica Linda Bacon, autora de los libros Body

Respect y Health at Every Size, y cambió la man

era en que entendía su alimentación. “Me di cuenta

que por más de que comiera ensaladas e hiciera pilates no bajaba de peso. Ese fue el punto de quiebre que me hizo dejar de obsesionarme”, reconoce sobre su cambio a la alimentación intuitiva, que es básicamente comer lo que quiere. Magdalena no es obesa, pero sufre las consecuencias como si lo fuera. “El otro día fui a un bautizo y un tío me dijo: ‘Estás más gorda’. Le respondí: ‘Sí, me siento bien. Gracias’. Quedó descolocado”, cuenta."

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La rebelión del cuerpo 

Es un movimiento social que busca educar sobre los efectos negativos que tienen “los estereotipos de género” sobre  niñas y adolescentes.  Link acá

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